Los dientes son parte fundamental de nuestra vida, no solo en la parte estética sino también en la parte funcional, puesto que ellos forman parte de la parte inicial de la digestión de los alimentos.

Su estructura es mucho más que lo que vemos a simple vista y la misma resulta en toda una maravilla de la naturaleza en lo que respecta a su forma, distribución y objetivos.

Seguidamente, te hablaremos un poco sobre la anatomía de los dientes y otra información relevante, para que los conozcas y así les des la importancia que merecen.

¿Todos los dientes son iguales?

No es así, puesto que su morfología, funciones y hasta ubicación los hace únicos. Seguidamente, te presentamos sus diferentes clases.

Incisivos

Están en la parte frontal de la boca y son los que mostramos al sonreír. Se distribuyen en 2 centrales y 2 laterales tanto en la parte superior como en la inferior para un total de 8 piezas.

Poseen forma cónica con sus bordes afilados y tienen una única raíz. Su función es la de cortar los alimentos.

Caninos o colmillos

Ellos desgarran los alimentos y ayudan a los incisivos para cortar. Son 4 en total, 2 arriba y 2 abajo ubicados en las esquinas frontales de la boca. Se caracterizan por ser puntiagudos y afilados.

Premolares

Se encuentran antes de los molares y después de los caninos, hay 4 en la parte superior y 4 en la parte inferior distribuidos en 2 por cada lado. Su forma es de 2 puntas afiladas las cuales les permiten triturar.

Molares

Comúnmente llamados muelas. Como se deriva de su nombre, con ellos trituramos y molemos los alimentos, estos son los dejan listos para que continúe su camino al estómago.

Están detrás de los molares en grupos de 3 por cada lado en la mandíbula inferior y superior, por lo que suman 12 en total. Son los dientes más grandes y pueden llegar a tener hasta 4 raíces.

Respecto a estos, destaca la tercera de estas muelas, llamadas cordales o “muelas del juicio” que tienen la particularidad de ser las últimas en erupcionar y, por lo general, lo hacen después de los 20 años, aunque no tienen una época definida y tampoco es seguro que salgan todas incluso se da el caso de que nunca aparece ninguna o lo hacen todas al mismo tiempo.

De igual manera, hay ocasiones en que es necesaria su extracción, bien sea porque no tiene suficiente espacio para emerger y ocasiona presiones sobre los demás dientes, provocando apiñamiento y maloclusiones, dolor, infección, entre otros padecimientos

Su composición básica y adhesión a la mandíbula

Los dientes están compuestos por varios minerales que los hacen muy duros, destacando el fósforo y el calcio. Se fijan a la mandíbula superior e inferior, específicamente a los alveolos de los huesos, gracias al ligamento periodontal.

Anatomía de los dientes

Seguidamente te hablaremos un poco de su anatomía, describiendo brevemente cada una de sus partes.

Corona

Es la parte que se puede observar del diente y su forma varía de acuerdo a la clase de diente y según su función, así se tiene que es puntiaguda en el caso de los colmillos, plana en los molares, etc.

Es muy dura, compacta y protege toda la parte interna del diente. También es la primera que sufre daños en los casos de enfermedades dentales y traumatismos.

Esmalte dental

Se ubica debajo de la corona y es quien da la dureza al diente, de hecho, es la parte de mayor resistencia y dura del cuerpo humano.

No posee terminaciones nerviosas, pero tampoco tiene la capacidad de regenerarse cuando se rompe, pero si esto último ocurre es una abertura ideal para todo tipo de infecciones y se produce un intenso dolor, ya que deja expuesta la parte interna del diente.

Dentina

Está recubierta por el esmalte dándole soporte, es muy dura, elástica, permeable y translúcida. Asimismo, tiene gran sensibilidad a la temperatura y como se comunica con el nervio y la raíz del diente, el dolor es uno de los síntomas de que está siendo afectada por la rotura del esmalte.

Pulpa

Este tejido blando está debajo de la dentina, su función es la de dar vitalidad al diente. Cuando la caries avanza, ataca esta parte, la cual responde con dolor, asimismo también puede ser víctima de una inflamación conocida como pulpitis que también provoca un fuerte dolor.

Igualmente, es sensible a la presión y la temperatura. Contiene el nervio, el tejido conectivo y los vasos sanguíneos.

Encías

También se les denomina gingiva, consiste en un tejido conectivo fibroso que recubre el hueso alveolar y se encuentra alrededor del cuello de los dientes recubriendo su raíz. Su fin principal es dar soporte y firmeza a las piezas a la vez que protegerlas de las bacterias que hay en la boca.

Esta es una parte muy sensible que frecuentemente es víctima de afecciones tan comunes como la gingivitis y el sarro, que de no tratarse a tiempo, pueden degenerar en patologías graves como la periodontitis.

Raíz

Esta parte no es visible ya que se encuentra insertada en el hueso de la mandíbula, bajo la encía. La cantidad de raíces que puede tener un diente depende del tipo y las individualidades propias de cada persona, aunque típicamente suele haber por diente como mínimo 1 y como máximo 4.

Cuando alguna enfermedad afecta la raíz, normalmente produce un dolor muy intenso, además de que este padecimiento es uno de los más graves, pudiendo ocasionar la pérdida del diente afectado.

Cuidados que se deben prestar a los dientes

A pesar de que los dientes son la parte más dura del ser humano, también son frágiles y fácilmente atacados por bacterias y ácidos. Es por ello que tiene gran importancia realizar una frecuente higiene oral.

Esta última se debe componer de un correcto cepillado con dentífrico fluorado, uso del hilo dental para remover restos de alimento donde no llegan las cerdas del cepillo y un enjuague bucal antiséptico.

Finalmente, también resulta indispensable la visita periódica al odontólogo, el cual, a través de un examen de rutina, puede determinar la presencia de cualquier afección recomendando el tratamiento adecuado.

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