Gingivitis en niños pequeños: Causas, problemas y prevención

Si tu hijo no tiene gingivitis es una muy buena noticia. Pero hay que tomar algunas medidas para prevenirla y que no afecte a su salud en el un futuro.

Cepillarse los dientes

Cepillarse los dientes con regularidad y en profundidad es esencial para prevenir y revertir la gingivitis. Si bien es probable que los niños mayores de cinco años puedan cepillarse los dientes de forma independiente sin la supervisión de un adulto, los niños más pequeños necesitan ayuda para formar sus hábitos y habilidades. Lo más importante es cepillarse con un cepillo de dientes de cerdas suaves (intente dejar que elijan uno en la tienda) y pasta de dientes con flúor dos veces al día, como mínimo.

La regla sería que si el niño es capaz de atarse los cordones solo, sin la necesidad de ayuda de un adulto, ese es el momento en el que está capacitado para cepillarse los dientes solo, sin la ayuda de un adulto. Aunque para ambas habilidades han de ser vigiladas o controladas o repasadas por el adulto.

Limpiar entre los dientes

Además del cepillado de dientes, la limpieza entre los dientes con un dispositivo de limpieza interdental como el hilo dental es una de las defensas más importantes contra la placa. Pero como ya sabrás, usar hilo dental no es un hábito fácil de formar. Afortunadamente, puedes optar por hilo dental con sabor o hilo dental preenhebrado para hacer esta práctica un poco más sencilla. Una recomendación general es comenzar a usar hilo dental en los dientes de tu hijo una vez que tenga dos dientes que se toquen o alrededor de los dos o tres años. 

Para limpiar los dientes de tus hijos con hilo dental, usa una pieza de aproximadamente 10 centímetros de largo y enrolla los extremos alrededor de cada dedo medio. Inserta el hilo dental con cuidado entre los dientes, creando una forma de ‘C’. Mueve el hilo dental hacia arriba y hacia abajo, deslizándolo suavemente debajo de las encías para eliminar la placa y los restos de comida. Usa un área limpia de hilo dental entre cada diente, para no ir llevando restos bacterianos de diente a diente. Cuando tus hijos alcancen la edad de diez años, deberían poder usar el hilo dental de manera efectiva. Un dentista puede ayudar a tu hijo con las habilidades adecuadas para cepillarse y usar hilo dental, es un gusto poder ayudar, guiar e inculcar los buenos hábitos a los más pequeños (y no tan pequeños).

Programación de limpiezas

Como hemos dicho anteriormente, cuando se acumula sarro, sólo un profesional puede eliminarlo. Los dentistas realizan limpiezas profesionales que pueden ayudar a revertir la gingivitis. Si los síntomas de la gingivitis de tu hijo son graves, programa una limpieza especial para que un dentista pueda tratarlos lo antes posible. De lo contrario, asegúrate de programar una visita al dentista cada seis meses. 

Durante estas visitas, el dentista eliminará la placa con un juego de herramientas de raspado adecuado y las pulirá con una pasta quitamanchas especial. Esta limpieza profesional elimina la acumulación de placa en los dientes y encías de tus hijos y mejora la higiene bucal en todos los ámbitos.

Hidratar la boca seca

Una boca seca puede hacer que las encías sangren alrededor de los dientes superiores. Los niños que tienen los conductos nasales bloqueados o que respiran por la boca habitualmente o mientras duermen pueden desarrollar boca seca y encías propensas a sangrar. Eso se debe a que la ausencia de saliva permite que crezcan y prosperen más bacterias, lo que lleva a la gingivitis. Afortunadamente, aplicar una fina capa de vaselina sobre los labios y las encías y tomar un vaso de agua por la noche ayuda a mantener la boca húmeda. Si tu hijo tiene respiración bucal crónica, consulta con tu pediatra para identificar la causa y recomendaciones de tratamiento. La respiración bucal puede estar relacionada con problemas con el crecimiento de la mandíbula, por lo que puede ser necesaria una visita a un ortodoncista.